ORÍGENES
Moral es una palabra de origen
latino, que proviene del términos moris (“costumbre”). Se trata de un conjunto
de creencias, costumbres, valores y normas de una persona o de un grupo social,
que funciona como una guía para obrar. Es decir, la moral orienta acerca de qué
acciones son correctas (buenas) y cuales son incorrectas (malas).
Según otra definición, la moral es
la suma total del conocimiento que se adquiere sobre lo más alto y noble, y que
una persona respeta en su conducta. Las creencias sobre la moralidad son
generalizadas y codificadas en una cierta cultura o en un grupo social
determinado, por lo que la moral regula el comportamiento de sus miembros. Por
otra parte, la moral suele ser identificada con los principios religiosos y
éticos que una comunidad acuerda respetar.
HISTORIA
En occidente han sido
particularmente importantes la concepción moral de las religiones como el
judaísmo, el cristianismo y el islam. En Oriente el confucianismo o el budismo
también han ejercido un fuerte influjo en el núcleo moral de sociedades
asiáticas.
Si bien es frecuente remontar la
reflexión moral occidental, a lo dicho por las escuelas grecorromanas, donde la
moral se enseñaba en forma de preceptos prácticos, la reflexión moral fue
particularmente importante en la antigüedad egipcia a juzgar por la gran
cantidad de textos de carácter moral que han sobrevivido. En la antigüedad
grecolatina, se elaboraron numerosos textos tales como las Máximas de los siete
sabios de Grecia, los Versos dorados de los poetas de Grecia; o bien en forma
de apólogos y alegorías hasta que después se revistió de un carácter
filosófico.
Los antiguos romanos concedían a
las mores maiorum (‘costumbres de los mayores’, las costumbres de sus ancestros
fijadas en una serie continuada de precedentes judiciales) una importancia
capital en la vida jurídica, a tal grado que durante más de dos siglos
(aproximadamente hasta el siglo II a. C.) fue la principal entre las fuentes
del Derecho. Su vigencia perdura a través de la codificación de dichos precedentes
en un texto que llega hasta nosotros como la Ley de las XII Tablas, elaborado
alrededor del 450 a. C.
VALOR DE LA MORAL
La moral solo puede surgir y
desarrollarse con las costumbres y valores elegidos por el hombre de su tiempo.
No debemos descartar las múltiples formas morales de relacionarse con otras
culturas y además, con la necesidad humana o costumbre de creer en un ser
superior, por lo que la moral presenta también y acercamiento con la religión,
en su afán de explicar la esencia de la vida. Sin embargo, la moral tiene un
particular enfoque; es el conjunto de costumbres (buenas/malas) presentes en
una sociedad. Esto es lo que hace diferente a un pueblo de otro. Desde que el
hombre empezó a reflexionar en sí mismo, se dio la conciencia moral. Primero surgió
el hecho de la conciencia del yo (identidad) y luego la conciencia de los actos
(buenos o malos).
MORAL Y OTRAS FORMAS DE COMPORTAMIENTO
Los seres humanos tienen diferentes
tipos de comportamiento dependiendo de sus relaciones con el mundo exterior y
entre los propios hombres, y también de acuerdo a la diversidad de sus
necesidades.
El hombre diversifica sus comportamientos
dependiendo de dos cosas, la primera es dependiendo del objeto con el que entra
en relación como por ejemplo la naturaleza, las obras de arte, Dios, los otros
hombres, etc.; y la segunda es según la necesidad que se trata de satisfacer
como por ejemplo la de producir, conocer, comunicarse, etc. La relación que
tengan las diferentes formas de comportamiento de los seres humanos depende de
las condiciones históricas, estas condiciones determinan el comportamiento que
una persona adopta en cierto tipo de sociedad y en una época dada.
Dependiendo de la época se
determina cual es la relación dominante entre los diferentes tipos de
comportamiento, es decir, en ciertas épocas la moral estuvo estrechamente
ligada a la religión o en otras a la política.
LA OBLIGACION MORAL
Lejos de ser una presión originada
en la autoridad, en la sociedad, en el inconsciente o en el miedo al castigo,
la verdadera obligación moral es la presión que ejerce la razón sobre la
voluntad.
Características de la obligación
moral
1. Es
más que presión externa: Es muy común hablar de obligación cuando se siente una
presión externa, que de algún modo está coaccionando para que el sujeto actúe
en determinado sentido. Decimos, por ejemplo, que fulano se vio obligado a
renunciar a su empleo en vista de las continuas críticas que le hacía su jefe;
o que zutano estudia Medicina obligado por sus padres.
El valor moral sólo se inscribe en
los actos libres, y, en la medida en que falta libertad en un acto, se pierde
la condición indispensable para el valor moral.
2. No
es un mero mecanismo de recompensas: Tampoco debe confundirse la obligación
moral con el deseo del premio y el temor al castigo. Cuando decimos: Con esa
recompensa materialmente obligaron a los jugadores a ganar el partido; o con tales
sanciones estoy obligado a cumplir los requisitos de la ley, no
hablamos de obligación moral.
El deseo del premio o el temor del
castigo constituyen un estímulo que induce u obliga a la mayoría de la gente al
cumplimiento de sus deberes. Pero esa obligación no es la auténtica obligación
moral. El mérito moral necesita no sólo de la libertad, sino también de una
intención recta, enfocada al bien en cuanto bien. La auténtica obligación moral
no tuerce o impurifica la elevada intención de un acto honesto.
CONCIENCIA
Todo lo que hemos dicho hasta aquí,
la capacidad del ser humano para comportarse moralmente, llevando a cabo actos
elegidos de forma libre, reflexionados racionalmente, asumiendo la
responsabilidad de sus consecuencias, etc. es gracias a que el ser humano posee
lo que se conoce como conciencia moral, una capacidad
exclusivamente humana que nos hace capaces de distinguir entre lo correcto y lo
incorrecto, lo bueno y lo malo, etc. Nuestra conciencia moral es capaz de
juzgar nuestros propios actos, nos permite saber íntimamente, si actuamos bien
o no, produciendo sentimientos de satisfacción o remordimientos y es la que nos
hace sentirnos responsables de las consecuencias de nuestras acciones.
Parece claro para ciencias como la Psicología que
la conciencia moral existe, ya sólo por el hecho de experimentar remordimientos
o satisfacción después de realizar ciertas acciones no es posible dudar de esta
capacidad humana. Ahora bien, en lo que no hay acuerdo es en su origen:
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- Para unos pensadores, llamados naturalistas,
la conciencia moral forma parte de la propia naturaleza racional humana,
la cual es capaz de reflexionar sobre sus propios actos, valorarlos y
darse a sí misma normas de conducta. Desde este punto de vista, nacemos
ya con ciertas inclinaciones hacia lo bueno o lo malo, etc.
- Para otros, los llamados convencionalistas,
la conciencia moral se van formando poco a poco a lo largo de la vida
como resultado de la influencia de la factores sociales como la familia
y la educación o los amigos, políticos, económicos, los medios de
comunicación, etc.
Desde esta postura, pues, no nacemos buenos o malos "por
naturaleza", sino que lo vamos aprendiendo y haciéndolo parte de
nuestra personalidad, poco a poco. Este desarrollo moral, sería común a
todos los seres humanos, independientemente de la sociedad o de la época
en que han nacido, es, ante todo, una cualidad específicamente humana,
como lo es la racionalidad o la capacidad de elegir libremente,
cualidades que nos diferencian del resto de animales
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DEBER
El deber supone una obligación,
frente a otra parte, que por el contrario, tiene un derecho. El deber puede
adoptar diferentes formas de obligaciones, de acuerdo al ámbito con el cual
esté relacionado: moral, jurídico, tributario, financiero, social, por citar
sólo algunos de ellos. En la mayoría de los casos, el incumplimiento del deber
recae en una sanción, multa o castigo para la persona que poseía la obligación,
y de acuerdo a la magnitud del deber no cumplido, será la magnitud de esas
consecuencias.
El deber moral es aquel que está
ligado a los comportamientos o actitudes humanas respecto de la escala de
valores y antivalores. Es una especie de presión que la razón ejerce por sobre
la voluntad. “Por más que yo quiera hacer esto, DEBO hacer esto otro, porque la
obligación moral me lo exige”. La obligación moral representa la acción basada
en valores positivos y correctos por sobre la acción humana basada en anti
valores, esencialmente negativos e incorrectos.
CONDICION MORAL DEL HOMBRE
La dimensión moral del ser humano
Una acción humana para ser considerada de
tipo moral tendrá las siguientes características:
·
es aquella que se realiza, ajustándose a un código o
conjunto de normas y valores morales, las cuales designan lo que debe ser
considerado como moralmente bueno o malo, egoísta o generoso, etc. Más adelante
veremos en qué consiste un valor y una norma moral.
·
Este código moral no debe ser impuesto por la sociedad
a las personas, sino que el individuo lo debe poder elegir libremente, por
ejemplo, yo debo ser libre de elegir si acepto moralmente la eutanasia o no, no
se me puede imponer mi forma de valorar ciertas cuestiones. Por este motivo, la
moral es, sobre todo, una cuestión individual. Podemos definir la libertad como
la capacidad de la voluntad humana para elegir y decidir.
·
El hecho de ser libre cuando actúo, es de total
importancia a la hora de ser valorada moralmente una acción porque, si la
realizo libremente, entonces soy responsable moral de lo que hago y de lo que
dejo de hacer. La responsabilidad, es la obligación de responder acerca de
nuestros actos. En este sentido, si las acciones de una persona se ajustan a
las normas morales existentes en una sociedad, se la considera moralmente
buena, etc. pero, si por el contrario, una persona conoce las normas y valores
morales de una sociedad y, a pesar de ello, las transgrede, entonces estamos
ante un individuo inmoral.
·
Llegamos así, a una condición fundamental para que
podamos juzgar si un individuo actúa moralmente bien o no, que sepa lo que
hace, sólo de esta forma, podemos decir que actúa libremente y que, por lo
tanto, es responsable de sus actos.
·
Efectivamente, a diferencia de los animales, que
actúan movidos por sus instintos, el ser humano es un ser moral precisamente
porque es racional, es decir, cuando actúa, sabe lo que hace, elige entre
varias posibilidades de acción o los medios para conseguirlo, se propone un fin
concreto, analiza y valora los pros y los contras, juzga, si le conviene o no,
es incluso capaz de prever con anticipación las posibles consecuencias o
resultados, etc. En conclusión, cuando una persona actúa racionalmente y lo
hace, además, libremente, es por ello que podemos aplicarle valores morales a
su acción (generoso o egoísta, justo o injusto, etc.).
·
Dado que las personas no viven aisladas, sino que son
ciudadanos de una comunidad, no sólo son responsables de sus propios actos y
para consigo mismos sino, también, de su repercusión en las personas con las
que convivo. Por ello, la moralidad tiene también una dimensión social.
·
Nacemos en una sociedad que posee una serie de normas,
creencias, ideas, valores, prohibiciones, pautas de conducta, etc. que
caracterizan su forma de vida. Nuestras acciones morales se dan en sociedad, en
nuestra convivencia con los demás, quienes las aprueban o las rechazan en
función de estas normas y valores válidos para todos. Por ello, el ser humano
necesita convivir con los demás para desarrollarse como ser moral. No obstante,
como ya hemos dicho, el individuo debe interiorizarlas, es decir, debe
reconocerlas como suyas, no como algo impuesto desde fuera, de modo que las
cumpla de modo libre, conscientemente y habiéndolas pensado racionalmente.
Nos encontramos, en conclusión que, a
diferencia de los animales que se rigen por unas pautas instintivas que no les
permiten elegir su modo de actuar, el ser humano, por el contrario tiene
libertad de acción, esto es, puede elegir y decidir por propia voluntad, cómo
actuar. Esta libertad no es total, está condicionada por su naturaleza genética
y por el medio sociocultural, la época y el lugar en el que vive. Pero aun así,
le queda bastante libertad para decidir racionalmente cómo actuar, lo cual, le
convierte en responsable moral de sus actos.
Finalmente, decía el filósofo griego
Aristóteles que "la virtud moral es un hábito" ¿qué quería decir?.
Veamos, un hábito es un comportamiento que se repite, una forma de actuar
estable. Según Aristóteles, "un solo acto no hace a uno virtuoso", es
decir, una persona no se convierte en generosa porque un día dé limosna a un
necesitado o sincera porque un día dijo la verdad. Por el contrario, la virtud
moral hay que conquistarla en el día a día, habituándose a actuar bien,
repitiendo actos generosos o sinceros y es, este hábito, lo que me convierte en
una persona buena, sincera, honrada, etc.
Pero esta actitud permanente a actuar
bien no es fácil de conseguir, requiere:
·
conocer lo que se debe hacer
·
y tener voluntad para hacerlo